A principios del siglo XVI, Giulio di Medici, Clemente VII, encargó a Ugo di Panico la obra de la "Verónica", en la que representa a San Pedro y San Pablo ante dicha reliquia. Ugo elaboró esta obra sin pinceles y estuvo situada en el antiguo vaticano de Letrán, concretamente en la capilla dedicada, precisamente, a la mencionada reliquia. Giulio di Medici fue el que concedió una bula a Pedro Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca del Bierzo, para asumir el patronazgo de la Colegiata de Villafranca y, para su mantenimiento, los diezmos de los "préstamos" de la diócesis de Astorga.